Los alamanes aparecen en la Historia en el siglo III, como un conjunto de hombres (Alemannen) desgajados del pueblo suevo. Belicosos y temibles, practicaban una religión pagana que adoraba ciertos árboles, el agua de los ríos, las montañas y los valles, a los que ofrecían sacrificios de caballos e incluso de niños para conseguir el favor de sus dioses Wotan, Donar y Frija. En el siglo V se instalan en la Galia oriental y luchan para extender sus tierras a ambas orillas del Rhin.
Alamanes y francos renanos tuvieron frecuentes incidentes fronterizos y se multiplicaban los saqueos y las incursiones punitivas. Los francos estaban divididos en dos pueblos vecinos y aliados, los francos renanos o ripuarios que tenían como rey a Sigeberto el Cojo (Sigebert le Boiteux) y los francos salios cuyo rey era Clodoveo (Clovis), quien se decide a ir en socorro de su primo Sigeberto, cuando los renanos sufrieron una verdadera invasión por los alamanes en el año 496.
Clodoveo, hijo del rey Childerico (Childéric ) I y de la princesa Basina de Turingia, accedió al trono del reino franco salio a la edad de 15 años en el 481, desvinculándose del compromiso con Roma de mantener las fronteras, da inicio a la primera dinastía de reyes de Francia, los merovingios, quienes tomaron su nombre del abuelo de Clodoveo, el gran Meroveo (Mérovée). Los francos eran germanos paganos mientras que la sociedad galo-romana era mayoritariamente cristiana desde el siglo III. El obispo Remigio (Rémi) necesita que los francos sean los protectores de la Iglesia para lo cual ve imprescindible que el rey Clodoveo se convierta al cristianismo, no arriano, por el bautismo. A este fin incita y consigue que Clodoveo se case en el 493 con la princesa borgoñona Clotilde de acendrada fe católica, quien desde el mismo instante de su boda presiona a su marido a que venza las reticencias de aquél, quien:
- duda de la existencia del Dios de Clotilde al ver morir a su hijo Thierry durante su bautismo
- es consciente de que su propio bautismo la haría perder el carácter sagrado que los francos le confieren como descendiente de un dios pagano, corriendo de esta forma el riesgo de que parte de su pueblo le abandone
“Oh Jesucristo a quien Clotilde proclama hijo del Dios vivo, Tú que se dice concedes ayuda a los que están agobiados y que concedes la victoria a los que esperan en Ti, yo solicito devotamente la gloria de tu asistencia. Si Tú me concedes la victoria sobre mis enemigos y si experimento la virtud milagrosa que el pueblo consagrado a Tu nombre declara haber puesto a prueba, yo creeré en Ti y me haré bautizar en Tu nombre”.
En ese momento, el rey de los alamanes sucumbe por los hachazos a él inflingidos repetidamente con una 'francisca' (hacha de guerra de los francos, de ahí su nombre). Aterrados al presenciar la muerte de su rey, los alamanes huyen despavoridos para evitar los golpes mortales de los francos y se rinden incondicionalmente ante Clodoveo, diciendo: “No dejes que nuestro pueblo perezca, te pedimos gracia. Te pertenecemos desde este momento”. Clodoveo detiene el combate y les perdona la vida sometiéndolos a esclavitud. Alcanzada la paz, regresa para informar a la reina Clotilde que había alcanzado la victoria invocando el nombre de Cristo.
Finalmente, Clodoveo es bautizado en Reims el 25 de diciembre de 496. El obispo Remigio antes de iniciar la ceremonia le dice: "Inclina la cabeza con humildad, quítate tus collares paganos, adora lo que hasta ahora has quemado y quema lo que tú has adorado”. Cuenta la leyenda que el diácono que traía el óleo para el bautismo se quedó atrapado entre la multitud de fieles presentes en el templo y no pudo llegar a tiempo para la unción del rey. Desciende entonces desde el cielo una paloma llevando en el pico el óleo santo, con el que el futuro San Remigio unge al rey de los francos. Este hecho milagroso da origen a la tradición seguida en la catedral de Reims durante 1 300 años en la consagración de los reyes de Francia, simbolizando que el poder del rey viene de Dios.
La conversión de Clodoveo al catolicismo desencadena numerosas consecuencias a nivel político tales como:
- Creación de la primera entidad política coherente sobre el suelo de Francia
- Fractura decisiva entre los francos católicos y los visigodos arrianos
- Reconocimiento de la reputación de Clodoveo por la clase senatorial galo-romana
- Modificación de la naturaleza del poder real. El bautismo de Clodoveo legalizó su derecho para él y sus descendientes a reinar en nombre de Dios, con lo que queda sellada en Francia la alianza a lo largo de 13 siglos entre el trono (el poder) y el altar (la religión).
MAG