domingo, 16 de febrero de 2014

Nicolás de Oresme, el Einstein francés del siglo XIV



Nicolás de Oresme (en francés Nicole d'Oresme) es uno de los principales artífices de la renovación medieval, previa a la revolución científica moderna del siglo XVII. Fue un genio intelectual y probablemente el pensador más original del siglo XIV como economista, matemático, físico, astrónomo, teólogo, filósofo, psicólogo y musicólogo. Se le conoce como el Einstein francés de su siglo que tuvo la capacidad añadida de popularizar las ciencias.

Nació hacia 1325 cerca de Caen, en Normandía. Siendo Maestro en Artes y Maestro de la nación normanda, entró como becario en el Colegio de Navarra, adscrito a la Universidad de París, en 1348 para estudiar Teología, alcanzando el doctorado en 1356, con lo que accedió a ser Gran Maestre del Colegio. En esa época debió redactar muchos de sus tratados, que le atrajeron la atención de la familia real, con la que desde entonces estuvo estrechamente relacionado. Hubo de abandonar su designación como archidiácono de Bayeux en 1361, porque el Parlamento de París dictaminó que ese cargo no era compatible con su calidad de Gran Maestre del Colegio de Navarra. Fue nombrado canónigo de Rouen en 1362, y al año siguiente canónigo de la Sainte-Chapelle, lo que le permitió continuar enseñando en la Universidad de París. El 18 de marzo de 1364 fue decano del Capítulo catedral de Rouen. Desde 1369 hasta 1377 compuso sus comentarios a la Ética, la Política y el De Caelo de Aristóteles; además de su interés filosófico y científico, tradujo al francés, por encargo del rey Carlos (Charles le Sage), las versiones completas de obras de Aristóteles. En 1377, por iniciativa del rey, fue nombrado obispo de Lisieux, cargo que mantuvo hasta que murió el 11 de julio de 1382.  


Los ámbitos a los que Oresme aportó trabajos originales son las matemáticas, la física matemática, la musicología, la cosmología, el método científico, la lucha contra la astrología y la economía. Se le considera además uno de los fundadores del lenguaje científico francés y de la prosa francesa en general.

Las aportaciones matemáticas de Oresme se encuentran principalmente en sus obras De proportionibus proportionum, Quaestiones super geometriam Euclidis y Algoritmus proportionum . En la base de esas aportaciones se encuentra el estudio de la utilización de los números fraccionarios como bases y exponentes de relaciones algebraicas.

 Formuló asimismo un estudio sobre la probabilidad matemática que puede ser considerada como una de las primeras proposiciones formales de la teoría de probabilidades, y quizá la primera en sentido absoluto. En su tratado Questiones super geometriam Euclidis, escrito en torno a 1350, Oresme estudia las series matemáticas infinitas, al que se dedicaron muchos esfuerzos en el siglo XIV, y de forma destacada los de los 'Calculatores' en la Universidad de Oxford. Oresme hizo la primera demostración de que la serie armónica simple, de término general 1/n, era divergente.


Las contribuciones de Oresme a la física matemática abarcan principalmente tres cuestiones: la representación gráfica de las cualidades (como velocidad o calor), la aplicación de esa representación al estudio del movimiento uniformemente acelerado y las consideraciones sobre el vacío. Formula la doctrina de la representación geométrica aplicada a las cualidades, y explica cómo se puede utilizar para explicar muchos fenómenos físicos e incluso psicológicos. Se trata, como es obvio, de un tema de primer orden con respecto a la formulación efectiva de una ciencia de la naturaleza con el auxilio de las matemáticas.
Gracias a los intercambios con los 'Calculatores' del Colegio Merton de la Universidad de Oxford, Oresme  aplica los planteamientos matemáticos y el uso de coordenadas rectangulares (300 años antes que Descartes) para la representación gráfica de las variaciones en las cualidades y, de modo especial, en el estudio del movimiento de los cuerpos. Aunque se atribuye a Galileo, fundador indiscutible de la mecánica moderna, la formulación de la ley del movimiento acelerado, existe un claro precedente en la ley del movimiento uniformemente variado que aparece en el Tractatus de configurationibus qualitatum et motuum escrito en 1350 por Oresme. Por ello es considerado como el inventor, o precursor al menos, de la geometría analítica.


En Le livre du ciel et du monde, comentando las ideas de Aristóteles, y en el Tractatus de commensurabilitate vel incommensurabilitate motuum celi Oresme subraya que todos los fenómenos que explica la Astronomía pueden explicarse admitiendo que la Tierra esté animada por un movimiento de rotación diaria. Según su teoría, el movimiento natural de un cuerpo se halla gobernado, no por la posición que ocupa en un espacio aristotélico absoluto, sino por su posición relativa, con respecto a otros fragmentos de materia. Esta tesis representa algo así como un requisito previo para las nuevas cosmologías de los siglos XVI y XVII; cosmologías en las que la tierra había perdido sus características de unicidad y centralidad. Teorías similares en varios aspectos son comunes en los textos muy posteriores de Copérnico, Galileo, Descartes y Newton.


Oresme da importantes pasos en la dirección de la nueva física, ya que muestra la posibilidad de que la Tierra no haya de ser considerada como centro inmóvil de un mundo único. Estas ideas representan un progreso en la línea que después sería adoptada por Nicolás de Cusa y Leonardo da Vinci.

De la misma reflexión surge otro factor que rompe con la física de Aristóteles y prepara la de Newton: la posibilidad de un vacío físico. Desarrollando esta idea llega a formular un pensamiento que sin duda constituye una anticipación explícita del concepto de espacio de la física newtoniana. 


Oresme descubre también que la luz viaja a lo largo de una curva a través de un medio de densidad uniformemente variable. La curvatura de la luz debido a la refracción atmosférica no la conoció Kepler en el siglo XVII y hubo que esperar a que Newton la formulara matemáticamente. En reconocimiento tardío a sus aportaciones, la Unión Astronómica Internacional en 1970 ha bautizado con el nombre de Oresme un cráter en la luna.

Gracias a su amistad con el compositor y teorizador de la música Philippe de Vitry, Oresme también profundiza en su conocimiento en forma tal que se le considera creador de la musicología moderna, cubriendo prácticamente la totalidad de los temas como acústica, estética musical, fisiología de la voz y de la audición, psicología de la audición, teoría musical de la medida, ejecución musical y filosofía de la Música.

 Oresme realizó también importantes contribuciones en el ámbito de la economía. Su tratado sobre la primera invención de las monedas fue redactado, entre los años 1355 y 1358, lo que le convierte en uno de los pioneros de la ciencia económica. Es una síntesis coherente que marca un hito en los escritos económicos.


Su estudio incluye profundas consideraciones acerca del cambio de moneda, el origen y utilidad de la moneda, y la teoría del valor, que no se basa sólo en la escasez sino en las cualidades intrínsecas. Se critican la usura y los abusos feudales, afirmando con fuerza los derechos económicos de la comunidad frente al príncipe: se sostiene que el poder del príncipe deriva de Dios pero sólo en cuanto actúa en vistas al bien común, y se aplican estas ideas a la política monetaria.


Además, tiene especial importancia su descripción de las cualidades de la buena moneda, su insistencia en la necesidad de la estabilidad monetaria y los estudios acerca de la relación entre la moneda y los metales preciosos. Es interesante advertir que el tratado de Oresme no es un estudio abstracto, ya que está elaborado teniendo en cuenta los problemas prácticos y, en especial, las graves dificultades económicas por las que atravesaba Francia cuando el tratado fue escrito. De hecho, Oresme tuvo el mérito notable de contribuir de modo decisivo a la superación de esa crisis económica


En resumen, a pesar de que en la Edad Media existía una mentalidad colectiva, basada en la fe cristiana, Nicole d'Oresme  fue capaz de influir notablemente con su prodigiosa capacidad en los planteamientos que condujeron a la ciencia moderna. Oresme fue un precursor de Copérnico, de Descartes y de Galileo. Fue el último gran intelectual europeo que creció antes del surgimiento de la peste negra.


MAG

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