Marie
Gouze, que más tarde cambiaría su nombre por el de Marie-Olympe de
Gouges, nació en Montauban el 7 de mayo de 1748. Su madre era
Anne-Olympe Mouisset, pero en cuanto a la paternidad existen dudas.
Consta en los archivos que era hija de un carnicero, Pierre Gouze,
aunque éste se negara a firmar el acta de nacimiento. Cuando la niña
empieza a tener uso de razón, su madre le insinúa que debía la
vida a Jean-Jacques Lefranc de Pompignan, poeta y destacado
antagonista de Voltaire y principal adversario de los filósofos.
A
los dieciocho años Marie-Olympe se casa con un negociante parisino,
Louis-Yves Aubry, cliente de la carnicería familiar, y a los pocos
meses da a luz a un hijo, Pierre. Su marido fallece poco después.
Olympe, decepcionada por su experiencia matrimonial que no le aportó
felicidad alguna, calificó la institución matrimonial como
“sepulcro de la confianza y del amor”.
En
Montauban ya nada la retiene y, puesto que en París vive su hermana
mayor, allí se traslada en 1770 con su hijo para poder
proporcionarle una buena educación. Jacques Biétrix de Rozière,
alto funcionario de la Marina, le pide su mano, pero fiel a sus
principios, y pese a la insistencia de su familia, Olympe se niega a
casarse aunque vivan maritalmente. Gracias al soporte financiero de
su compañero, Olympe de Gouges vive una vida desahogada de burguesa,
figurando como 'persona de condición' en el Almanaque de París de
1774.
En
los salones que frecuentaba, conoció a muchos literatos, y como hija
biológica de Le Franc de Pompignan, cuyo pieza teatral Didon
acaba de recibir una gran
aceptación, Olympe de Gouges se lanza a su propia carrera literaria
y monta un grupo teatral itinerante que representa sus obras
políticas y generalmente polémicas en París y alrededores.
Persigue
hacer reaccionar a la sociedad contras las injusticias de la época.
Su obra teatral más célebre es l’Esclavage
des Noirs (“La
escavitud de los negros”) publicada con este título en 1792,
aunque inscrita en el repertorio de la Comédie
Française como Zamore
et Mirza, ou l’heureux naufrage (“Zamora
y Mirza, o el naufragio feliz”). Volcada en esta causa, Olympe se
integra en la Sociedad de Amigos de los Negros (Club
des amis des noirs),
grupo de presión abolicionista. Todavía en vigor el llamado Code
Noir (“Código
Negro”), decretado en tiempos de Luis XIV, y que permitía a
numerosas familias beneficiarse del comercio colonial gracias al
tráfico de esclavos, la obra de teatro antiesclavista de Olympe de
Gougues fue retirada del repertorio francés y su autora enviada a la
Bastilla. Gracias al caballero Michel de Cubières, cuyo hermano era
uno de los favoritos de Luis XVI, fue revocada la imputación.
Instaurada
la Revolución, y a pesar de que el lobby
colonial era todavía muy activo, volvió a autorizarse la
representación de l’Esclavage des Noirs.
Publica entonces
el
ensayo Réflexions
sur les hommes nègres
(Reflexiones
sobre los hombres negros)
y más tarde compone
otra pieza teatral sobre el mismo tema, titulada Le
Marché des Noirs (“El
mercado de los negros”).
En
1788, le
Journal général de France, anteriormente
llamado Les
Annonces,
affiches et avis divers,
publica
dos folletos políticos de Olympe
de Gouges, en favor de su proyecto de impuesto patriótico
desarrollado en su célebre Lettre
au Peuple
(“Carta al pueblo”), que tiene continuación en sus Remarques
patriotiques, par l’auteur de la Lettre au Peuple
(“Observaciones patrióticas por el autor de la Carta al Pueblo”)
en las que detalla un amplio programa de reformas sociales. Estos
escritos iban dirigidos expresamente a los representantes de las tres
primeras legislaturas de la Revolución, a las sociedades patrióticas
y a diversas personalidades, entre ellas Mirabeau, La Fayette y
Necker, a quienes admiraba especialmente.
Inicialmente
defiende una monarquía constitucional, aunque siguiendo los pasos de
los girondinos se declara republicana, si bien comparte el
posicionamiento del marqués de Condorcet y se opone a la muerte de
Luis XVI. El 16 de diciembre de 1792, Olympe
de Gouges se ofrece para asistir a Malesherbes en la defensa del rey
ante la Convención, pero su ofrecimiento fue rechazado.
Pero
la lucha que Olympe
de Gouges emprende con mayor fuerza es la de la defensa de los
derechos de la mujer. En octobre de 1791 la Asamblea constituyente
redacta una Constitución que priva a las mujeres de los derechos
cívicos. Ella replica con su Déclaration
des droits de la femme et de la citoyenne
(“Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana ”),
calcada de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, y que
comenzaba con las siguientes palabras: “Hombre, ¿eres capaz de ser
justo?. Una mujer te lo pregunta”.
La
Declaración llevaba
un prólogo dirigido a Marie-Antonietite en el que le pedía
protegiera la condición femenina. Empleando con talento el sentido
de la ironía, recuerda a a los dirigentes y fundadores de la
Revolución que la igualdad de sexos sería un valor fundamental en
la nueva Francia, insistiendo en que se devolviera a la mujer sus
derechos naturales que el hombre le había arrebatado por la fuerza.
Y añadía, con macabra premonición, “La
mujer tiene el derecho de subir al cadalso; debe tener también el de
subir a la Tribuna”.
A
la época las mujeres no tenían derecho de voto, ni acceso a las
instituciones públicas, ni libertad profesional y ni siquiera
derecho de posesión. Una primera respuesta a sus demandas fue la
admisión de las mujeres a la ceremonia de carácter nacional
denominada 'Fiesta de la Ley' celebrada el 3 de junio de 1792, poco
después de la toma de La Bastilla el 14 de julio de 1792.
Olympe
de Gouges aboga por la la instauración del divorcio, -único
derecho que les concedió la Revolución-, así como la supresión
del matrimonio religioso. En su lugar, las parejas firmarían un
contrato civil de concubinato, que reconociera también a los hijos
nacidos de 'una inclinación particular'.
Teorizó
asimismo sobre un sistema de protección materna e infantil, como el
que existe hoy en nuestras sociedades, y propuso la creación de
maternidades y guarderías. Además y en fin, recomienda la creación
de talleres nacionales para los desocupados y albergues para los
mendigos, antes de la entrada del invierno de 1788-1789.
Olympe
de Gouges critica con dureza a los responsables de las atrocidades de
los días 2 y 3 de septiembre de 1792 con las siguientes palabras:
“La
sangre, incluso la de los culpables, profusamente vertida con
crueldad, mancilla por siempre las Revoluciones”. Apunta a Marat
como firmante de la circular en la que se proponía extender la
masacre de prisioneros en toda Francia. Y sospechando que Robespierre
pretendía institucionalizar una dictadura, con la creación de
órganos como el Comité de Salvación Pública competente para
encarcelar diputados, le interpeló en múltiples escritos, lo que le
valió una denuncia de los jacobinos.
El
2 de junio de 1793 Olympe de Gouges eleva un escrito a la Convención
por haber violado los principios democráticos y compone un pasquín
de carácter federalista o girondino bajo el epígrafe Les
Trois urnes ou le Salut de la patrie, par un voyageur aérien (“Las
tres urnas o la salvación de la patria, por un viajero aéreo”). Y
el 6 de agosto es detenida y llevada ante el tribunal revolucionario
que la inculpa y envía a la prisión
de la abadía de Saint-Germain-des-Prés. A fin de mejorar su
situación, vende sus joyas para ser trasladada a una casa de salud,
o cárcel de gente adinerada, y desde allí consigue sacar
al exterior dos pasquines con los textos: 'Olympe
de Gouges llevada al Tribunal revolucionario' y 'Una patriota
preseguida'.
En
la mañana del 2 de noviembre es interrogada sumariamente y, privada
de abogado, ella misma se defiende de forma inteligente. Sin embargo,
la condena es a pena capital por haber intentado quebrar el gobierno
único e indivisible. Sube al cadalso con valentía y dignidad y
antes de que la cuchilla de la guillotina descienda grita:"Enfants
de la Patrie vous vengerez ma mort."
(“Hijos de la patria, vosotros vengaréis mi muerte”).
De
Montauban en 1748 a la guillotina en París en 1793, cuarenta y cinco
años de la vida de la primera fenminista francesa, luchando por una
idea nueva en Europa: la lucha de los derechos de la mujer. Escritora
polemista comprometida se distinguió por su independencia de
espíritu y por la originalidad, a veces excesivamente radical, de
sus posicionamientos. Abolicionista de la esclavitud, y sobre todo
defensora de los derechos civiles y políticos de las mujeres.
Enfrentada a Robespierre y a los extremistas de la Revolución,
terminó en la guillotina durante la época del Terror.
MAG
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